Si bien un total de 5.028 vendedores ambulantes fueron empadronados por la comuna hasta el viernes 12, solo 3.000 de ellos fueron aceptados para la reubicación tras aplicarse algunos filtros. Conforme lo señala un comunicado de la municipalidad, esto sucederá hacia fines de mayo. Sin embargo, no revelaron a qué galerías o espacios serán llevados.
Augusto Gatica, de la Unión de Trabajadores con Discapacidad de Lima (Unitradis), señala que las autoridades no han conversado con ellos y los “han dejado sin su sustento diario”.
Del mismo modo, Germán Santibañez, representante de Emprendedores Unidos, cuestiona que la medida adoptada por el alcalde López Aliaga no haya sido planeada. “Debieron asesorarse para empadronar y reubicar. Ni ellos saben si hay sitios suficientes para todos nosotros”, acota.
Sin plan ni estrategia
La comuna limeña aún no reubica a los vendedores, pero ya se encuentra promoviendo ferias laborales para apoyar a los ambulantes, asegura Abdul Miranda, gerente de Seguridad Ciudadana.
En esa línea, la actual gerenta de Desarrollo Económico, Elia Urmeneta, menciona que existen stands que están siendo ofrecidos por tres galerías en el Mercado Central. No obstante, los ambulantes poco o nada saben sobre esta información y solo piden trabajar.
“Nosotros no podemos dejar de trabajar por 15 días porque vivimos del día a día”, enfatiza otro de los representantes del gremio de comerciantes informales.
El desempleo que provoca la informalidad
La falta de empleo en Lima es el principal motivo de una persona para volverse ambulante, señala Elsie Guerrero. La exgerenta de la gestión de Alberto Andrade precisa que la erradicación de la informalidad viene de la mano con la generación de puestos laborales para que no se vuelva a repetir el ciclo de ir de nuevo a las calles. “Se debe tener un balance entre una ciudad ordenada y las necesidades de la población”, explica.
El alcalde de La Victoria, Rubén Cano, pide trabajar en conjunto con la MML para evitar que los ambulantes del centro de Lima se desplacen hacia Gamarra.
FUENTE: LA REPÚBLICA