El gobierno controla el abastecimiento de energía, la industria minera y el proyecto más significativo respaldado por la administración, el puerto gigante de Chancay. «The Financial Times» alertó sobre los posibles efectos adversos de una decisión desfavorable en esta cesión de influencia a Beijing.
La creciente influencia de China en la infraestructura crítica de Perú ha generado preocupación. Según un informe publicado por The Financial Times, se señala que el Gobierno peruano no está prestando suficiente atención para evaluar los posibles beneficios y amenazas que implicaría una mayor concesión al régimen de Beijing en estos sectores empresariales vitales para el desarrollo nacional.
A pesar de la presencia constante de China en Latinoamérica, adquiriendo activos en sectores portuarios, energéticos y mineros en la región en los últimos años, la inversión de Beijing en Perú, unida a su posición estratégica, ha inquietado no solo a expertos y analistas internacionales.
Según un informe de Michael Stott y Joe Daniels en The Financial Times, una fuente cercana al Gobierno peruano ha confirmado la existencia de estas preocupaciones, que también fueron transmitidas por los Estados Unidos. La fuente afirmó: «El principal problema es que el capital chino ha adquirido empresas en el sector eléctrico, minero y otras áreas. Desde una perspectiva geopolítica, Estados Unidos tendría razones justificadas para preocuparse»
En abril de 2023, la compañía italiana Enel, que gestiona una parte importante de la energía en Perú, anunció un acuerdo de compra de activos por alrededor de $3.000 millones con China Southern Power Grid Co. (CSGI). El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) criticó negativamente este acuerdo, identificando posibles efectos perjudiciales para la competencia.
Como es de conocimiento, en 2020, el grupo China Three Gorges Corporation adquirió Luz del Sur. Ahora, con la venta de Enel a China Southern Power Grid, y con el contrato de compra-venta aún pendiente de aprobación, la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) manifestó en abril de este año que «la República Popular China estaría controlando el 100% del mercado de distribución eléctrica de Lima». Esto coloca a la capital del país en una posición vulnerable, sujeta a la voluntad del régimen chino, que podría privar de electricidad a una gran parte de la población peruana si alguna negociación no cumple con las expectativas del gigante asiático.